Para 4 porciones
- 1 atado de espinaca fresca
- 5 remolachas
- 1 diente de ajo
- Aceite de oliva E.V.
- Sal marina
- 200 g de queso de cabra fresco
- 100 g de nueces mariposa blancas
- 1 cdita de especias dulces (canela, jengibre, clavo, cardamomo)
- 1 cda sopera de azúcar rubio
- 1 clara de huevo
- 1 cda de miel
- 1 cda de mostaza de Dijon
- 4 cdas de aceto balsámico
- 12 cdas de aceite de oliva EV
Lavar
muy bien las remolachas. Con piel y todo condimentarlas en un bowl con
sal marina, pimienta negra, el ajo aplastado y aceite de oliva. Estirar
papel aluminio sobre una placa grande, colocar allí las remolachas y
cerrar muy bien armando un paquete. Llevar al horno a 200º y cocinar
hasta que estén tiernas. El tiempo dependerá del tamaño de las
remolachas. Lavar muy bien la espinaca, retirar el tallo central.
Empapar las nueces con la clara de manera que queden húmedas pero no
demasiado viscosas. Conviene hacerlo en un bowl acariciando las nueces
con las manos. Mezclar el azúcar con las especias y luego con las
nueces. Pasar las nueces por un colador para retirar el excedente de
polvo. Deben quedar cubiertas por una fina capa de mezcla. Volcarlas en
asadera apenas aceitada y secar 10 minutos a 160º hasta que estén apenas
tostadas y con la costra sequita. Al enfriarse se volverá crocante.
Para armar la ensalada condimentar la espinaca con una mezcla de aceto
balsámico, mostaza de Dijon, miel, aceite de oliva, sal y pimienta y
poner en una ensaladera grande. Agregar las remolachas asadas y el queso
de cabra en trozos, terminando con las nueces especiadas.
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